“A San Andrés de Teixido vai de morto quen non foi de vivo”

Cuenta la leyenda que San Andrés estaba triste, ya que su templo se encontraba solitario y contaba con muy poca devoción, en contraposición del de Santiago Apostol que rebosaba de peregrinos y fe, con lo cual le pidió ayuda al Señor. Un día se le apareció el Todopoderoso en compañía de San Pedro.

Al ver a San Andrés tan desanimado le prometieron que a su templo acudirían todos los mortales, y aquel que no lo hiciera de vivo, lo haría después de su muerte reencarnado en un animal. Así fue como el santuario de San Andrés de Teixido, también llamado S. Andrés de Lonxe (Lejos) o S. Andrés do cabo do mundo (esquina del mundo), se convirtió en el segundo centro de peregrinaje de toda Galicia y es considerado como la Meca de los Gallegos.